Se entiende por competitivo todo aquello que es barato de precio y no lo que tiene la mejor relación entre el precio y su cualidad, sin valorar la capacidad de producir satisfacción porque, realmente solo nos satisface el presumir de precio barato. Es evidente que cuando se nos da el dinero antes que el saber, no podemos apreciar las cosas por si mismas sino por la referencia de su precio.
Escondido en la competitividad, está la tecnología y la formación profesional del trabajador que la utiliza, ¡perdón!, por el error, no quería decir trabajador, debería haber escrito técnico, porque usa tecnología y digo bien, porque una cosas es usarla y otra utilizarla adecuadamente para producir la satisfacción que satisfaga satisfactoriamente las expectativas de los consumidores.
Pero de la capacidad de tratar a las personas, atendiéndoles en forma honesta, justa y amable, dejándolos satisfechos, nunca se habla porque la imagen no va con nosotros, sino con el producto vendido siempre que sea el cliente quien realmente nos lo compre por desear adquirirlo y no por nuestra ignorante intervención como vendedor.
lunes, 5 de octubre de 2009
La competitividad de lo incompetitivo.-
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1 comentario:
Joder, si tuviera que dar una idea de la imagen que nos has transmitido tras nuestra visita a tu bodega lo reduciería a una sola palabra: patétitico!
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